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Si vas a formalizar un contrato de alquiler a estudiantes con aval, hay varias recomendaciones que debes tener en cuenta. En este artículo te lo explicamos todo.

Qué es el aval del alquiler

El aval es una garantía adicional que el propietario solicita al inquilino para asegurar que se cumplen las obligaciones contractuales, especialmente el pago de la renta. El avalista debe responder solidariamente por el inquilino y pagar las rentas cuando éste deja de hacerlo. 

Esta figura se utiliza principalmente en formatos de arrendamiento donde los inquilinos no pueden demostrar suficiente solvencia. Bien por falta de ingresos, por poca estabilidad de los mismos o por darse en el extranjero. En definitiva, el objetivo de un aval es dar seguridad al propietario.

Por lo tanto, es especialmente recomendable cuando se alquila a estudiantes, dado que éstos carecen de la capacidad económica que sí que podrían aportar sus padres.

Diferencias entre aval y fianza

El tipo de contrato que mejor se adecúa al alquiler a estudiantes es el del alquiler de temporada, dado que no se trata de la vivienda habitual de los inquilinos, y la duración del contrato es determinada y ligada a la de los estudios. En este tipo de contratos, la fianza debe ser de dos meses. 

Es importante que recuerdes que la existencia de un aval no sustituye a la fianza, ya que la fianza es una cuantía obligatoria por ley que el inquilino debe abonar en metálico al casero al iniciar el alquiler.

Tipos de avales de alquiler

La figura del avalista puede recaer en una persona cercana al inquilino o en una entidad bancaria. 

  • Aval personal para el alquiler. Constituido por una o varias personas que asumen la responsabilidad de responder si el inquilino incumple el contrato. Es muy recomendable que el grado de vinculación del inquilino y el avalista sea estrecho. Si el avalista se tratara de un amigo o empleador, el inquilino puede verse menos comprometido en el cumplimiento de sus obligaciones. En el caso del alquiler para estudiantes lo más común es que el avalista sea el padre o la madre.
  • Aval bancario para el alquiler. Se firma un contrato con una entidad bancaria para que asuma un posible impago. A cambio, el banco normalmente exige al inquilino pignorar un depósito -generalmente similar a la cantidad avalada- que acaba perdiendo si el aval se ejecuta. Es importante que el aval bancario tenga una duración indefinida o al menos tan larga como el contrato de alquiler, y que sea ejecutable a primer requerimiento, sin falta de aportar prueba alguna al margen de la falta de cobro. Los requisitos de disponibilidad de efectivo que exige el banco, así como su coste de apertura y mantenimiento hacen que sea una modalidad más complicada y menos frecuente que el aval personal.
contrato de alquiler a estudiantes con aval
Contrato de alquiler a estudiantes con aval y fianza

Contrato de alquiler a estudiantes con aval: temas a tener en cuenta  

Los dos tipos de aval deben quedar bien detallados en el contrato. Cuando se trata de un aval personal, el contrato debe reflejar cuáles son las responsabilidades del avalista, puede que se haya acordado que solo cubra el caso de impago, desperfectos o ambas. También se pueden poner limitaciones a la cuantía monetaria por la que se compromete. A ese respecto, es recomendable que el aval cubra todas las obligaciones del inquilino, y que lo haga de manera solidaria, renunciando a los beneficios de excusión y división.

En lo que se refiere a la duración del aval, es recomendable que se estipule su vigencia durante todo el contrato de arrendamiento y sus prórrogas, incluso más allá de la fecha de finalización mientras perdure alguna de las obligaciones contractuales contraídas por la parte arrendataria. Por ejemplo, en lo referente a la reparación de daños detectados tras la recuperación de la vivienda.

La cláusula de afianzamiento debe ir incluida en el propio contrato de alquiler. También puede firmarse como un anexo al mismo, siempre que se haga referencia inequívoca al contrato y el avalista declare conocerlo en su totalidad.

En cualquier caso, el avalista debe ser consciente de a qué se enfrenta en caso de incurrir en impagos, ya que si no sufraga las deudas puede ser perseguido judicialmente y entrar en una lista de morosos.

Por otro lado, si se opta por un aval bancario éste debe figurar igualmente en el contrato de alquiler de manera inequívoca, indicando la entidad avalista y su número de registro. Asimismo es recomendable anexar el justificante del aval debidamente inscrito por la entidad avaladora. 

Seguro de impago de alquileres

El seguro de impago para alquiler de vivienda es otra opción para proteger al propietario. En caso de alquiler a estudiantes, lo normal es que la aseguradora también exija la existencia de avalistas personales.

¿Cuál es el mejor seguro de impago de alquiler? Hay muchas opciones. Rentuos trabaja con las mejores aseguradoras para ofrecerte una cobertura por impago de 12 a 24 meses. Te ayudamos con la selección del inquilino solvente para evitar a arrendatarios morosos. Además, nos hacemos cargo si hay facturas de suministros pendientes, destrozos en la vivienda y la defensa jurídica si fuera necesaria, sin coste adicional.

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