Las humedades en un piso de alquiler afectan a la comodidad del día a día y pueden suponer un riesgo para la salud y la habitabilidad del inmueble. Tanto propietarios como inquilinos deben conocer sus derechos y obligaciones para afrontar estas situaciones. Por eso, en este post te explicamos todo lo que debes saber si aparecen humedades en tu piso de alquiler.
¿Qué humedades puede haber en un piso de alquiler?
Las humedades en viviendas se clasifican según su origen:
- Humedades accidentales: derivan de incidentes como fugas en tuberías, grifos mal cerrados o electrodomésticos averiados.
- Humedades por condensación: el vapor de agua en el aire se condensa en superficies frías, como paredes o ventanas, por culpa de una ventilación insuficiente.
- Humedades por capilaridad: el agua del subsuelo asciende por los materiales porosos de la construcción, afectando especialmente a plantas bajas o sótanos.
- Humedades por filtración: el agua penetra desde el exterior a través de grietas en muros, techos o cimientos, normalmente por lluvias o defectos estructurales.

¿Quién paga cada tipo de humedad?
La responsabilidad de reparar las humedades accidentales varía en función de su origen.
Si la causa de la humedad es un uso indebido o una negligencia por parte del inquilino, por ejemplo, si se deja un grifo abierto o se provoca una fuga por mal uso de los electrodomésticos, será éste quien deba asumir los costes de reparación, tal como establece el artículo 21.4 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
Igualmente son responsabilidad del inquilino las humedades por condensación debidas a falta de ventilación, aunque es cierto que a veces estas humedades pueden estar potenciadas por las características de la vivienda (falta de aislamiento en la envolvente térmica, humedad ambiental, etc, siendo muy difícil evitarlas.
En esos casos, el propietario podría plantearse implementar algunas medidas que contrarresten esta tendencia del inmueble a acumular condensación, desde utilizar pintura anti-moho, hasta la sustitución de ventanas por unas con rotura de puente térmico o la instalación de sistemas de ventilación forzada, que suelen dar buen resultado en estos casos.
En cambio, si las humedades se deben a defectos estructurales propios del inmueble o a problemas que no son imputables al arrendatario, corresponde al propietario hacerse cargo de las reparaciones necesarias para garantizar la habitabilidad de la vivienda.
¿Y si el daño lo causa el vecino?
En caso de que la humedad provenga de una vivienda colindante (como una fuga en el piso superior), el responsable es el vecino causante. Si sucede esto, el inquilino debe informar al propietario, quien gestionará la reclamación correspondiente al vecino o a la Comunidad de Propietarios si no tiene manera de contactar. Por eso, lo mejor es contar con un seguro de alquiler que incluya cobertura por daños a terceros para agilizar el proceso.
¿Qué sucede con las humedades por el mal estado del edificio?
En aquellas humedades que la causa sea el deterioro de elementos comunes del edificio, como fachadas o tejados, la responsabilidad recae en la comunidad de propietarios. El arrendador debe coordinar con la comunidad las reparaciones necesarias.
Otro caso es el de las humedades que tienen como causa elementos comunes del edificio. Por ejemplo, las humedades por capilaridad causadas por una cimentación básica en edificios históricos en los que no se recurre a la instalación de barreras físicas, ni de drenaje en los cimientos. Dada la imposibilidad de atajar la causa de estas humedades, es recomendable que el propietario valore intervenciones como las de dejar el ladrillo visto o instalar sistemas de electroósmosis.
En el caso particular de las terrazas, si bien la responsabilidad recae en la comunidad de propietarios, se podrá reclamar posteriormente al vecino que tenga derecho de uso de la terraza si se comprueba que el origen de la filtración ha sido una falta de mantenimiento (limpieza de desagües, etc).
¿Es legal alquilar un piso con humedad?
Realmente, alquilar una vivienda con humedades graves que afecten su habitabilidad podría llegar a considerarse ilegal, dado que el artículo 21 de la LAU y el artículo 1554 del Código Civil establecen la obligación para el arrendador de mantener la vivienda en condiciones adecuadas para su uso. Es más, existen sentencias que han permitido a inquilinos rescindir contratos sin penalización o exigir reparaciones cuando las humedades comprometían la habitabilidad.
¿Qué derechos tiene el inquilino?
Ante la presencia de humedades que sean responsabilidad del propietario o de la comunidad, el inquilino tendría derecho a:
- Solicitar reparaciones: el arrendador debe realizar las obras necesarias para eliminar las humedades y garantizar la habitabilidad.
- Rescindir el contrato: si las humedades hacen inhabitable la vivienda y el propietario no actúa, el inquilino puede resolver el contrato sin penalización.
- Reclamar indemnización: por daños y perjuicios ocasionados por las humedades, como problemas de salud o deterioro de bienes personales.
En caso que el propietario reciba una reclamación por humedades que son responsabilidad de un vecino o de la comunidad, y ese tercero no atienda diligentemente a su solución, deberá a su vez reclamarles los perjuicios que tuviera que asumir frente a los arrendatarios. También el lucro cesante que pudiera sufrir si esos daños comportan una merma en los ingresos de la vivienda alquilada.
Para protegerse ante estas situaciones, recomendamos que tanto propietarios como inquilinos cuenten con seguros específicos que cubran daños por humedades, así como defensa jurídica. En Rentuos, como empresa de gestión integral del alquiler, ofrecemos ayuda ante este tipo de incidencias. Si deseas más información sobre nuestros servicios, recuerda ponerte en contacto con nuestro equipo.


