La vivienda es un bien que requiere reparaciones constantes más o menos significativas con cierta periodicidad; desde la reparación de una lavadora hasta la necesidad de pintura en el techo debido a la aparición de humedad a causa de unas fuertes lluvias.
Frente a la pregunta de ¿quién tiene que costear los arreglos en un piso de alquiler? no hay una respuesta única ni directa. Depende de varios factores contemplados en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), en el Código Civil y en la jurisprudencia, imprescindible dado lo poco preciso que es el marco legal.
Reparaciones que ha de asumir el propietario
El propietario tiene la obligación de garantizar la habitabilidad de la vivienda. Debe asumir, por lo tanto, la reparación de cualquier daño que afecte a esta habitabilidad, dentro de los cuales se incluyen:
- Las instalaciones de luz, agua y electricidad (fusibles, cableado, tuberías, etc)
- Los elementos imprescindibles para vivir: fogones y el calentador de agua o caldera
- Cualquier elemento estructural que impida la habitabilidad
Dentro de este último punto es responsabilidad del arrendador reparar humedades que puedan deberse a la capilaridad de los cimientos o mala estanqueidad de paredes y techos.
De igual manera, el propietario está obligado a asumir las grandes reparaciones, o la sustitución por obsolescencia, de elementos que estuvieran en la vivienda al inicio del contrato, salvo que el daño hubiera sido causado por el uso inadecuado o negligente por parte del arrendatario. Dentro de este concepto entraría, por ejemplo, la sustitución de electrodomésticos o su reparación si supusiera un coste superior a 150 euros, límite aproximado que jurisprudencialmente separa las pequeñas y de las grandes reparaciones.
Esta misma jurisprudencia establece igualmente que es responsabilidad del propietario las reparaciones que, pudiendo considerarse pequeñas, aparecen durante los primeros meses del contrato. En este punto lo más recomendable es aplicar el “sentido común” para discernir si una reparación está causada por el “desgaste por el uso ordinario”. Por ejemplo, si se funde una bombilla a las semanas de entrar, es de esperar que el inquilino las sustituya. Pero para defender que un inquilino deba asumir la sustitución de un grifo por su desgaste, habría que esperar varios meses más.
En cualquier caso, sea el tipo de reparación o sustitución que sea, es importante recalcar que ninguna de ellas puede repercutir posteriormente en un incremento del pago del alquiler.
Reparaciones que ha de asumir el inquilino
Existen varias situaciones en las que el arrendatario podría tener la obligación de hacerse cargo del importe de las reparaciones. La primera, cuando se haya producido un deterioro por mal uso o falta de mantenimiento directamente imputable al inquilino. Este caso prevalece sobre cualquier otro, aplicando independientemente del importe de la reparación y de si el elemento a reparar es imprescindible para la habitabilidad de la vivienda. Así por ejemplo, el arrendatario debería asumir la reparación o sustitución de la caldera si su daño hubiera sido motivado por su mala manipulación.
El segundo supuesto en que el inquilino es el responsable del pago es cuando se trate de pequeñas reparaciones producidas por el desgaste normal por el uso ordinario de la vivienda en términos análogos a los descritos anteriormente para las grandes reparaciones atribuibles al propietario.
Por último, puede suceder que la reparación requerida sea de carácter urgente. En este caso, arrendador y arrendatario pueden acordar que sea el inquilino el que se encargue de arreglarlo y posteriormente el propietario le devuelva el importe exacto de la reparación, para lo que sería importante guardar justificante o factura.
En este sentido, es fundamental también la colaboración del arrendatario para mantener el inmueble en buen estado, algo que beneficia a ambas partes. La ley detalla que el inquilino tiene la obligación de informar al arrendador lo antes posible de las posibles reparaciones que puedan ser necesarias. Si el inquilino no informa y el daño va agravándose, podría acabar siendo responsabilidad del inquilino repararlas por falta de mantenimiento o negligencia.
En resumen, se pueden producir múltiples situaciones en las que el hogar necesite una pequeña o gran reparación. Si existen dudas sobre quién tiene que hacerse cargo de un arreglo, conviene revisar el contrato en búsqueda de cláusulas adicionales y en caso de falta de información o disputa, se recomienda consultar a un experto o a tu agencia gestora del alquiler, como Rentuos, especializados no solo en el alquiler de vivienda sino en el asesoramiento y en ofrecer soluciones rápidas ante cualquier tipo de problema o duda de los propietarios.